XXV Jornadas de Científicas de la Sociedad de Biología de Córdoba

Docente de Exactas fue reconocido por la Sociedad de Biología de Córdoba


El pasado jueves, la Sociedad Biológica de Córdoba reconoció al Dr. José W. Priotto, docente del Departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales por su trayectoria académica y sus aportes en el campo de la Biología.

Esta distinción se realizó en el marco de las XXV Jornadas de Científicas de la Sociedad de Biología de Córdoba, evento que reunió a estudiantes, becarios, docentes e investigadores durante los días jueves y viernes de la semana pasada en el campus de la UNRC.

A modo de homenaje y en reconocimiento a su trayectoria, el Dr. José Priotto, investigador e integrante del Instituto de Ciencias de la Tierra Biodiversidad y Ambiente (ICBIA, CONICET-UNRC), fue invitado para ser el responsable de disertar en un espacio particular del evento denominado «Conferencia Jorge W. Ábalos», que está reservado para aquellos investigadores prestigiosos y con una reconocida trayectoria en su disciplina.

En este marco, Priotto disertó sobre «Manejos agrícolas amigables con la biodiversidad, una oportunidad de conservar en paisajes agrícolas homogéneos: pequeños mamíferos y aves como ejemplo» y también recibió una placa en reconocimiento a su labor en el ámbito de las Ciencias Biológicas.

Cabe destacar que previamente se hizo entrega de una placa a la Dra. Elizabeth Agostini docente del Departamento de Biología Molecular de la Facultad e integrante del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS CONICET UNRC) por su disertación en la edición 2021 de la Conferencia José W. Ábalos, la cual se realizó en esa ocasión en forma virtual.

Actividad agropecuaria y ecosistema

Durante su conferencia, el Dr. José Priotto remarcó que “el mayor uso de la tierra para explotaciones agropecuarias es una de las principales causas de fragmentación y de desaparición de los ecosistemas naturales en todo el mundo”.

Precisó que el concepto de mayor uso “abarca tanto la expansión a nuevas áreas como la intensificación de las ya explotadas, entendiendo por lo segundo el aumento de la producción recurriendo a fertilizantes, plaguicidas, riego y mecanización”.

Según el investigador, en Argentina estos procesos se aceleraron a partir del ingreso en el año 1996 del paquete tecnológico compuesto por la soja RoundUP Ready, la siembra directa y el herbicida glifosato; aumentando su producción entre 1985 y 2011 en un 400%. Así, Córdoba pasó de tener en 1992/1993 el 19,30% de su territorio bajo cultivo al 51,58% en la campaña 2017/2018. “Tal incremento significó una reducción de la biodiversidad y la consecuente alteración de la estructura y del funcionamiento de los ecosistemas. Dicha reducción no solo redundó en menor número de especies sino, también, en pérdida de interacciones, en cadenas tróficas más simples y en ecosistemas con menos resiliencia”, manifestó Priotto.

Aseguró que el desafío actual es lograr la mejor combinación de uso de la tierra para producción con conservación de la biodiversidad, una combinación que permita mantener la rentabilidad actual sin comprometer la futura y que evite efectos ambientales adversos a largo plazo. Indicó que esto “lleva a plantear interrogantes sobre qué características de los paisajes agrícolas favorece la biodiversidad y cómo esto se relaciona con diferentes manejos y prácticas agrícolas”.

Ante la atenta mirada de los presentes, el biólogo explicó que “las respuestas de las especies a los disturbios producidos por la agricultura dependen de su biología y su comportamiento. Hay especies más propensas que otras a verse afectadas por la modificación del ambiente. Las primeras tienen mayor especialización de hábitat, es decir, son más dependientes de las características particulares del tipo de ambiente en que viven, por lo que sufren más los disturbios en cuanto a disponibilidad de alimento, refugio y sitios para reproducción”. Contrariamente, sostuvo que las especies generalistas son capaces de adaptarse a diversos tipos de hábitats, por lo que se ven menos afectadas en ambientes alterados, e incluso podrían salir favorecidas.

Por otra parte, precisó que “los pequeños mamíferos y las aves son vertebrados nativos claves que contribuyen en forma importante a una mayor biomasa animal en ambientes de pastizales, así como al equilibrio de los agroecosistemas y al mantenimiento de cadenas alimenticias bien estructuradas”.

De esta manera, “estudiamos el efecto a escala local y de paisaje que tienen diferentes manejos agrícolas sobre los individuos, poblaciones y comunidades de estos grupos de vertebrados y sus contribuciones a mantener funciones ecológicas como la dispersión de semilla y control de invertebrados plagas de agroecosistemas”, explicó el Dr. Priotto.


Fuente de la Noticia: Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales - Universidad Nacional de Río Cuarto